Cristian Camilo Bellón Galindo, no se allanó a los cargos que le imputó la Fiscalía. |
Por Francisco Pinedo
Dice la
Biblia, "Dios nos creó para alabanza de su gloria". Surge
la pregunta: ¿Si Dios nos creó para cosas buenas, entonces que pasó con
Cristian Bellón sindicado del atentado donde murieron cinco uniformados y 45
resultaron heridos?
¿Será que
Dios se equivocó?
Dios no
se equivocó. Esta es la explicación que da la Palabra de Dios en relación con
este caso.
Para
acercarnos a este tema, tomemos un texto de la Biblia que se encuentra en la
carta a los Romanos, capítulo 3: versículo 23, dice:
“Por
cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3: 23)
DIOS NOS
CREÓ PARA SU GLORIA.
Dios es espíritu
y no le podemos ver, pero él se muestra por medio de las cosas que ha creado. El
hombre es el medio por el cual Dios quiere mostrarse. Por eso su palabra dice: “fuimos
creados para alabanza de su gloria”.
¿Si
fuimos creados para su gloria, porqué personas como Cristian Bellón hacen cosas
que no son gloriosas y por el contrario, hacen cosas reprochables, que lo
tienen al borde de recibir una condena de más de 45 años de prisión.
EL LIBRE
ALVEDRÍO, EL PODER DE DECIDIR.
Dios no
creó una máquina, un robot o un computador programado, Dios creó un ser a su
imagen y semejanza pero libre. No habría ninguna gloria si fuéramos
computadores programados. Si no existiera la prueba, la tentación.
La
alegría de Dios es ver como un ser libre decide voluntariamente seguir su
camino. Así como el hombre en la gloria pudo elegir obedecer o desobedecer, así
hoy destituido de esa gloria puede también obedecer o desobedecer.
PECADO
Cuando
Dios ve que el hombre peca, que el hombre lo defrauda, ¿qué hace Dios?
¿Destruye al hombre? No lo destruye. Saca su plan maestro que se llama
EVANGELIO, que busca restaurar al hombre a esa gloria. Restauración, física,
moral y espiritual.
Por último, si Dios
hubiera destruido al hombre, estuviera aceptando que se equivocó cuando nos
creó, que creó un error. Pero Dios no se equivocó, Dios creó un ser perfecto, a
su imagen, semejanza y libre.