Por: Guillermo Amador Peñaloza
Abogado y Asesor de Políticas Públicas
Email: fundacionhufa@gmail.com
Leí un análisis político (un resumen) de Lucho Garzón, el ex alcalde de Bogotá, que no se si lo realizó antes o después del anuncio de Viviane Morales de someter su nombre a la próxima contienda electoral por la Presidencia de Colombia y observo un sesgo malintencionado de quienes lo replican o definitivamente no han podido interpretar el momento político que vive la ex senadora del partido liberal Viviane Morales.
Lo interesante de los análisis políticos que se realizan alrededor de los diferentes candidatos, es que nadie entiende al espectro político que surge de los sectores religiosos especialmente evangélicos; indudablemente que existen algunas personas que si lo olfatean, como fue el caso de Iván Duque que le hizo un gesto a Viviane, para que esta se integre a la consulta en la escogencia del candidato de la centro derecha. Pero Duque, actuó de esa manera no por él, sino por la experiencia del ex presidente Uribe que si sabe cuál es el peso político de los sectores cristianos especialmente si quien lidera es la ahora candidata Viviane Morales.
Los únicos que en apariencia no queremos darnos cuenta de la fuerza política que podemos ser, somos nosotros quienes en esta ocasión estamos a un paso de tener una Presidente cristiana en la persona de Viviane Morales. Desde la perspectiva reformada, donde Dios es soberano y nosotros somos responsables de lo que hacemos, debemos entender que lo que va a ocurrir en las próximas elecciones a la presidencia es simplemente la ejecución plena de la voluntad de Dios, es decir Viviane va a ser presidente solo y solo si nuestro Dios lo permite de acuerdo a su voluntad; pero es nuestra responsabilidad tomar decisiones y actuar conforme a los preceptos divinos, y no obstante Dios decide. Que muchas veces es frustrante, si lo es, pero también es gratificante; que Dios no nos tome por sorpresa y nos reclame después por no apoyar a esta valiente mujer.
Volviendo al análisis de Lucho Garzón, (él concluye que Viviane está haciendo un trabajo político para adherirse a Vargas Lleras), desafortunadamente o le faltaron datos o esta desubicado sobre al carácter de una mujer que como Viviane, siempre se ha sostenido en sus convicciones y decisiones. En lo que al pueblo evangélico respecta, según las estadísticas y analistas más o menos bien informados, somos 8 millones, o 2 millones de personas que hacemos parte del pueblo evangélico; el número no importa, pero somos un pueblo que decide y actúa por convicción; no es la cantidad, es la calidad de persona que somos, es quien está con nosotros, es sencillamente la voluntad de Dios ejecutándose, eso nos hace aun, más responsables.
Pero supongamos que somos 2 millones o mejor, 1,5 millones y si cada uno de nosotros convence a nuestros dos hermanos de carne y a tres vecinos y ese número de 5 los multiplicamos por 1,5 millones, ya tenemos un número importante de votos para llevar a Viviane a la Presidencia inclusive desde la primera vuelta. Cuál es la tarea, reclutar voluntarios, los que cada uno pueda invitar o convencer, recuerde que nosotros somos el instrumento pero el resultado es … de Dios.
